Los sistemas de acreditación de programas académicos representan procesos fundamentales para el impulso de las profesiones. Estos sistemas establecen un marco de excelencia para la formación de profesionistas, así como mecanismos adecuados de ponderación sobre su calidad. Todo ello permite ofrecer a la sociedad certidumbre y seguridad sobre la formación en cada área de actividad profesional.
Los cambios globales que se aprecian en la estructura laboral informan la creciente demanda y competencia de recursos humanos con altos niveles de formación y habilitación. Los procesos de acreditación de la enseñanza tienen en este contexto una función específica que atender, el país necesita no sólo una ampliación de las oportunidades iguales para el acceso de las personas al conocimiento útil, sino que también requiere información, evaluación confiable y revisión constante de las instituciones y sus programas académicos.
En particular, en los campos vinculados con las ciencias químicas se observa una gran dinámica en la generación de nuevo conocimiento, y en la aplicación del mismo a una gran variedad de procesos vinculados con la innovación y el desarrollo tecnológico. Ello implica la necesidad, para las instituciones de educación superior, de revisar y actualizar periódicamente sus planes y programas de estudio, así como fortalecer la planta de profesores y la infraestructura, para poder ofrecer una formación acorde con el desarrollo de estas disciplinas. Una formación que le permita al egresado insertarse con éxito en el mercado laboral. De la misma manera, los profesionales requieren actualizar de manera permanente sus conocimientos, para poder participar activamente en los procesos de generación y apropiación de nuevas tecnologías, enfocados a la producción de bienes y servicios, y promover el enlazamiento entre la investigación científica y tecnológica, la innovación, la educación superior y la planta productiva en esquemas que fomenten el crecimiento sostenido.
En este contexto, once instituciones de educación superior, cinco asociaciones gremiales, dos colegios de profesionales, dos organizaciones no gubernamentales y tres organizaciones del sector industrial, coincidieron en la necesidad de formar el Consejo Nacional de Enseñanza y del Ejercicio Profesional de las de Ciencias Químicas, A.C., con la finalidad de coadyuvar al desarrollo y mejoramiento de las carreras relacionadas con la química, a través de la acreditación de programas académicos.
Así, el Consejo Nacional de Enseñanza y del Ejercicio Profesional de las de Ciencias Químicas, A.C. es una asociación civil, constituida legalmente el 2 de mayo de 2001. En la actualidad son miembros de este Consejo: